Donde tú estás viendo un problema, otro puede ver una oportunidad, tan solo porque está mirando desde distinta perspectiva

mesa con ordenador

Hay momentos en la vida en que nos vemos inmersos en situaciones complejas donde la solución no parece fácil.
Si nos quedamos solo en nuestra única perspectiva estaremos limitando nuestra visión del problema y con ello limitaremos también las posibilidades de respuesta.
Tomar distancia y consultar a un experto/a de confianza nos ayudará a iluminar el problema con una nueva perspectiva y así nuestra percepción del problema cambiará, lo que sin duda iluminará también las alternativas de solución.

Nuestra mayor inquietud proviene del desconocimiento. Obtener información reduce nuestra incertidumbre y nos ayudará a descansar.

abogada conversando con clientes

Entonces descubriremos que a lo mejor el problema no era tal y decidiremos que no hay que hacer nada.
O lo sensato ahora sea esperar pero, no desde una posición pasiva, sino dejándose asesorar con el fin de prepararse para afrontarlo cuando sea necesario.
También puede ser que la solución requiera una decisión rápida que no se pueda retrasar. Conozcamos nuestros puntos fuertes y débiles, el riesgo de ir a juicio.
Transmitamos al profesional elegido nuestros valores, para que puedan ser tenidos en cuenta a la hora de definir el enfoque.
Pactar o llevar un procedimiento hasta sus últimas consecuencias dependerá de nuestra tolerancia al riesgo, pero también es recomendable dejarnos guiar por los expertos pues al fin y al cabo lo que perseguimos es el buen fin de nuestro proyecto.